sábado, 21 de abril de 2007

De noche todos los gatos son pardos...;
el color pardo lo da la falta de luz, es casi el reflejo de la sinceridad. Por el día la excesiva claridad desvela en forma de sombra el alma de cada uno, y ahí no hay forma de camuflarse o evadirse;
los gatos son independientes y libres, viven sin ataduras serviles y son servidos por amos de conciencias vacías...; si no tienen amo roban el servilismo que los guía vitalmente.
El reto es gatear en la luz de las 12.00 y vivir en la sombra-arrojada. Seguro que se ve que opto por la noche como líquido elemento donde me salen branquias y nado a gusto incluso con los ojos vendados de líquido. Reconozco que ser gato es muy poco agradecido, y en realidad está falto de sinceridad y lleno de juegos malavares-vitales, de guiños y triquiñuelas sagaces en forma de vendida de moto ganancial.
Pues es en la falta de sombras donde, vestido de negro, veo con claridad el sentido de lo visto con gafas de sol-día. Enseña, domestica y cura los males..., por pocos que sean.
Para los que creen en el sol, la luz, el día..., sólo tengo admiración, alagos, envidia canalizada en forma de cariño y, porque no decirlo, amor sincero a la voz de miau.

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